jueves, 25 de agosto de 2011

Nocturno 5

La lluvia,
con frecuencia,
penetra por mis poros,
ablanda mis tendones,
traspasa mis arterias,
me impregna,
poco a poco,
los huesos,
la memoria.

Entonces,
me refugio
en un rincón cualquiera
y estirado en el suelo
escucho,
durante horas,
el ritmo de las gotas
que manan de mi carne,
como de una gotera.

O.G.

Girondo es, creo yo, la persona que mejor me entiende. Y eso que se murió hace ya más de cuarenta años. No puedo leer Persuasión de los días sin darle las gracias. Gracias por no ser el único que gotea o que ve cómo la arena se vuela. Gracias por no ser el único con fiebre.

Dar la cara


Nunca tan preciso.

jueves, 11 de agosto de 2011

lunes, 8 de agosto de 2011

Empezar de nuevo

Debido a un pequeño inconveniente que tuvimos Google y yo, me veo forzado a arrancar el blog de nuevo.

Saludos,
Pancho.